Las palabras a utilizar fueron
colocadas en la hoja en blanco, estratégicamente, antes de empezar.
Palabras a utilizar: duende,
amnesia, sarampión, cadáver.
En días nublados me acuerdo de
él. Las lágrimas me escurren por la garganta y los nudos se me atoran en los
ojos. No es que no lo haya superado, pero es mi hijo, y revivir los recuerdos
de sus bracitos abrazando a su duende de juguete favorito, sus manitas
bellas sosteniéndolo; el recuerdo de su miradita, de niño de mi vientre,
mirándome; * sus manos blancas llamándome hacia él. Todo un mágico sueño lleno
de penumbra y de bondad. Una revelación mágica de costumbres sin prejuicios, de apariencias que a nadie le importan. Un mundo de gente que aparenta saber lo
que hace. Cuerpos bailando por doquier; vestidos ampones volando por los aires,
mentes con amnesia fingiendo que todo está bien; y de pronto: él, * enfermo, triste, solo. ¿Qué debía hacer una mujer en mi situación? Es lo que
más amo en este mundo, no podía dejarlo así. Me sentía débil, apagada,
impotente. Era la imagen más triste que una mujer puede ver, el sentimiento más
obscuro que podía sentir. No quería seguir.* Me sentía aturdida. La cabeza me
retumbaba. Los sonidos me parecían ecos y los colores un laberinto eterno hacia
la locura. Todo me daba vueltas, mi piel estaba roja como si tuviera sarampión,
mis ojos estaban hinchados y mis piernas temblaban como maracas de carnaval.*
Perdón que esté diciendo esto, a
usted que no sabe ni siquiera mi nombre. Pero es el clima el que me pone así:
las nubes, la neblina, la humedad. No puedo evitar hacer esto en días como hoy,
lamento que haya sido usted la desafortunada persona que hoy tuvo que escuchar
la historia del día en que encontré su cadáver.
Joh y Gina (Llou y Llina)
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