miércoles, 12 de febrero de 2014

Premisa: un hombre con barba tupida y sin un ojo me miró


Requerimientos:
Utilizar las siguientes palabras: cuchara, alas, estambre, mórbida, memoria, tendedero, azul, cubierto, envidia, delicia, dulzura, camello, cachivache, charco, balcón


La neblina era espesa. A la mayoría de la gente no lo gusta ese clima, a mí sí. Ese día salía a caminar, respirar el aire húmedo y fresco de aquella tarde obscura de invierno. Detuve mis pasos junto a un charco, me pareció ver la sombra de alguien observándome desde el balcón de una casona vieja.* Su mórbida expresión me impactó de inmediato. Parecía ser de otro planeta. Una especie de monstruo de cuento de hadas o un villano maquiavélico de una película mala. Sentí muchas ganas de ir hacia él.* La neblina se despejó un poco cuando di el primer paso hacia adelante. La imagen clara de aquel en el balcón me dejó cubierto de tensión. Temí el hecho de verme reflejado en su único ojo atado a sus barbas de estambre desgastado. Salían lágrimas de mis ojos.* Lágrimas de envidia y de dolor; lágrimas de hiel cubiertas con dulzura y pasión. Era cautivador. En todos los sentidos lo era. Parecía un ser celestial con alas enormes y tupido de amor. Un aura azul como ninguna y una mirada tan penetrante como la vida misma. Toda una delicia para mirar. De pronto de lo más profundo de mi memoria, brotó el recuerdo de la mirada triste que siempre estaba en el pobre camello que me trajo hasta aquí, desde el otro lado del mundo, y que dejó tirado en la ciudad más gris del mundo. Fluía melancolía en mis venas. Una melancolía parecida a la que generan los cachivaches que se guardan por años en un desván o la ropa que se queda colgada en el tendedero mientras todos se van. Una horrible sensación de lastima parecida a la que generan las cucharas sin dueño.

Gina y Joh (Llina i Llou)

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