*No puedo, simplemente no puedo. Su mirada me pone de nervios y
ese vestido coqueto me perturba por completo. Ella pretende hacernos creer que
sabe lo que hace, pero no es verdad. Sus piernas firmes parecen saber engañar,
pero la energía de su alma no miente. Tiene miedo; quizá más que yo, y es por
eso que no deja de mirarme.
*Se escucha la respiración alternada de cada nariz. Silencio. Un
agudo grito de violines que lleva al llanto en pausas, acompañado por la grave
respuesta tranquilizadora de los cellos. Sigo escuchando, los miro. De nuevo,
cierro los ojos, siento.
*Sentada frente a mi, finge que no existo. Toma su partitura y
comienza a afinar. Yo desafino apropósito sólo para molestar. Yo dibujo una
sonrisa en mi rostro para hacerme notar, pero nadie me nota. Como siempre. Como
siempre. Siempre es ella que, con sus pelos lacios y sus piernas largas, se
luce a costa de mi trabajo.
*Los violines gritan emoción, las violas prenden fuego, las suaves
caricias del cello nos tocan a ella y a mi. La sensualidad de los soplos de
cada instrumento nos excita a ambos. Me toca a mi, me levanto y golpeando mi
tambor le hago el amor: con mi instrumento a su instrumento, con nuestros
sonidos a su música.
Gina y Joh (Llina i Llou)
Gina y Joh (Llina i Llou)
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