*Había sido una terrible noche de insomnio; desperté al día
siguiente con la boca seca, era normal, tomé muchas pastillas para poder
dormir. *Me sentía mareado, mi cuerpo no parecía responder como debería, un
cosquilleo extracotidiano invadía mis extremidades. Estaba inquieto, tenía
ganas de huir. Me paré en la orilla de la ventana y miré hacia el cielo. *Una parvada de pájaros con las patas rotas
volaban partiendo una nube casi por la mitad, tuve ganas de salir y estirarme
hacia ellos, sostenido por el marco de la ventana, para tomarlos por sus alas y
ayudarles a aterrizar. *Sentía ganas de huir, de saltar con ellos y
volar al infinito, de sentir el viento entre mis cabellos, la neblina en mi
piel. Tenía ganas de huir, de irme de ahí para siempre. *Esos pájaros me
regresaron al mundo, su imagen me dio a recordar lo que es estar aquí, lo que
me aturde cada noche, lo que me quita el sueño. Ellos volaban con las patas
rotas, y yo estaba aquí, con los pies plantados. *Inmóvil en un lugar obscuro y
sin ilusiones. Estancado en un laberinto sin salida. Enclaustrado en una
fantasía que jamás se volvería realidad. Ahí frente a la ventana, estaba yo,
atado a un recuerdo, inmerso en un sueño. *Descansé las manos sobre la ventana,
recargué mi cuerpo en el marco y dejé que, poco a poco, el propio peso de mis
ideas me jalara hacia afuera, para volar.
Joh y Gina ( Llou i Llina)
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