miércoles, 19 de febrero de 2014

18 de Febrero, Divertidas en Clase

Palabras a utilizar: Helado, mueble.

Premisa: “Sus pechos, dos médanos eternos”.


*La miré, recostada sobre las sábanas azul turquesa, con la respiración casi apagada, la mirada perdida, parecía que un espectro obscuro circulaba entre sus cabellos tiesos. *Sin embargo, era bella. Bella como ninguna otra. Su mirada dirigida al cielo decía aún más que su cuerpo desnudo recargado en aquél mueble de madera. Su sonrisa incompleta y tímida, aunada al rojo rubor de sus mejillas, cautivaban a cualquiera. Me cautivaban a mi. *Me sentía fuerte, más feliz que nunca, con toda la energía que me daba la simple acción de mirarla de esa manera, recostada, tiesa, con su cuerpo helado, la piel morada por la sangre de reptil que se acumulaba sobre sus músculos. *Me seguía pareciendo hermosa, pero no puedo negar que en algún momento llegué a temer por mi integridad. No sabía si correr o llorar; si acercarme o huir. De pronto tuve ganas de aniquilarla para siempre, de destruirla sin decirle adiós. De extirparle el corazón y guardarlo en un bote de cristal para conservarlo para siempre, *arrancar su sonrisa muerta y atesorarla en la repisa más alta de mi clóset o bajo mi almohada, masticar su piel por pedazos para hacerla parte de mis entrañas.
Me volvía loco el simple hecho de no poder traspasar aquél cristal que nos separaba. Una muñeca de porcelana viva que nunca había sido mía, ni jamás lo sería.

Joh y Gina (Llou y Llina)





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