martes, 25 de febrero de 2014

CANCER

Cáncer desde las alcantarillas, por los costados; berreando y gimiendo. Las ratas ansiosas de carne se comen y se reproducen.* Buscan el repugnante olor de la muerte seca en la carne de los vivos. Se acercan tímidamente a sus propios cuerpos putrefactos y olfatean el delicioso aroma, sienten fuertes los retortijones de viseras vacías. Hambre de ti, hambre de muerte. Hambre de deseos impávidos cubiertos con anhelos inexistentes de un futuro sin final. Hambre de sesos vacíos de integridad, de infames mentes que creen saber lo que dicen y lo que hacen. Hambre de muerte hambre de mí. Ellas tienen hambre y yo solo las miro. Les miro los dientes y admiro su valor * de salir al mundo en fugaces tormentos, desilusionando a su dios a los cuatro vientos. Vociferando su aliento de muerte, cantando los profanos versos como tornillos carcomiendo el cáncer, todo. Todo.

Amaury, Joh, Gina (Amaury, Llou, Llina) 

domingo, 23 de febrero de 2014

20 de Febrero, Sobre Mesa con Café Colón II

Las palabras a utilizar fueron colocadas en la hoja en blanco, estratégicamente, antes de empezar.
Palabras a utilizar: duende, amnesia, sarampión, cadáver.

En días nublados me acuerdo de él. Las lágrimas me escurren por la garganta y los nudos se me atoran en los ojos. No es que no lo haya superado, pero es mi hijo, y revivir los recuerdos de sus bracitos abrazando a su duende de juguete favorito, sus manitas bellas sosteniéndolo; el recuerdo de su miradita, de niño de mi vientre, mirándome; * sus manos blancas llamándome hacia él. Todo un mágico sueño lleno de penumbra y de bondad. Una revelación mágica de costumbres sin prejuicios, de apariencias que a nadie le importan. Un mundo de gente que aparenta saber lo que hace. Cuerpos bailando por doquier; vestidos ampones volando por los aires, mentes con amnesia fingiendo que todo está bien; y de pronto: él, * enfermo, triste, solo. ¿Qué debía hacer una mujer en mi situación? Es lo que más amo en este mundo, no podía dejarlo así. Me sentía débil, apagada, impotente. Era la imagen más triste que una mujer puede ver, el sentimiento más obscuro que podía sentir. No quería seguir.* Me sentía aturdida. La cabeza me retumbaba. Los sonidos me parecían ecos y los colores un laberinto eterno hacia la locura. Todo me daba vueltas, mi piel estaba roja como si tuviera sarampión, mis ojos estaban hinchados y mis piernas temblaban como maracas de carnaval.*

Perdón que esté diciendo esto, a usted que no sabe ni siquiera mi nombre. Pero es el clima el que me pone así: las nubes, la neblina, la humedad. No puedo evitar hacer esto en días como hoy, lamento que haya sido usted la desafortunada persona que hoy tuvo que escuchar la historia del día en que encontré su cadáver.

Joh y Gina (Llou y Llina)

sábado, 22 de febrero de 2014

20 de Febrero, Sobre Mesa con Café Colón

Utilizar las frases: “¿Qué te parece si las dejar aquí mismo, en el suelo?” y “Como sea, tuve que comer temprano”.

*”Nada mejor que el último cigarro, con este cadáver”. Sus palabras retumban en mi cabeza, todo el tiempo, no las puedo sacar de mi. Cada día me descompone al despertar, la imagen suya con las manos ensangrentadas, un cigarro entre los labios secos, y su lengua húmeda diciendo “¡Qué te parece si las dejara aquí mismo, en el suelo?”. *Yo le dije que sí, que estaba bien. Estaba muy nerviosa. En realidad no sabía qué hacer, o cómo reaccionar. Una parte de mi quería abalanzarse sobre él, quitarle el cigarrillo de las manos y someterlo hasta la muerte; otra parte de mi quería simplemente perdonarle, darle otra oportunidad y que todo fuera como antes. *Pero cómo lograrlo si los recuerdos más bellos de nuestra vida juntos estaban siendo consumidos por las obscuras imágenes de la sangre en sus manos; de la sangre en mis ojos. Quería regresar a él, amarlo como antes, amarlo como siempre; pero era un deseo ahora imposible. Con mis ojos manchados de la sangre de sus manos sucias, no podría volverlo a ver de la misma manera. *Simplemente no podría. Por mi mente pasaban un sin fin de recuerdos bellos de nuestro pasado: él y yo tomados de la mano amándonos hasta el infinito, él y yo abrazados a la luz de la luna prometiéndonos lo mejor. Pero ahora su mirada era distinta, sus labios secos ya no me llamaban y su aparente frialdad simplemente me parecía desagradable. Quería que se fuera; le dije que era tarde y que necesitaba estar sola. Su cuerpo carente de vida cruzó la puerta sin decir adiós. Como sea, esa tarde, tuve que comer temprano.


jueves, 20 de febrero de 2014

18 de Febrero, Divertidas en Clase II

Palabras a utilizar: perra, sucio.Palabras prohibidas: cuerpo, sentir, ganas, cautivar, corazón, alma, cerebro.Objetos a mencionar: cigarro, bota con hebilla.
Premisa: “No es un sueño, es la realidad que podemos empezar a vivir hoy mismo”. 

*El mundo es ruin, sucio, patético. No quiero estar aquí, no me encuentro a gusto en este lugar; los miro a todos y no me conmuevo ni siquiera un poquito. Estoy cansado de lo mismo, siempre. Los ridículos “placeres de la vida”: cigarro, café y sexo. Ya no quiero. *Ya no quiero depender de las cosas superficiales para estar bien, ya no quiero depender de mi madre para comer o para pagar la gasolina de mi auto. Quiero ser libre y feliz. Quiero volar por los cielos y tocar el viento con mi piel. *Quiero salir y respirar aire de verdad, escuchar los sonidos más terrenales que producen los pobres mortales a su paso por delante de mi mirada; el sonido que producen los zapatos de tacón y las botas con hebillas, los burros de carga con sus pesuñas sobre la tierra seca o los aullidos de las perras al parir. Necesito salir. *Necesito liberarme de todas las ataduras que me impiden sonreír. Pero no sé cómo. El psicólogo me ha dicho que puedo empezar por quererme más, pero ¿cómo voy a quererme si nunca he aprendido a querer a nadie? ¿Cómo puedo ser feliz si no entiendo esa palabra? ¿Cómo puedo vivir en paz, en un mundo que aún no comprendo? En un lugar que no sé si existe realmente.

Joh y Gina (Llou y Llina)



miércoles, 19 de febrero de 2014

18 de Febrero, Divertidas en Clase

Palabras a utilizar: Helado, mueble.

Premisa: “Sus pechos, dos médanos eternos”.


*La miré, recostada sobre las sábanas azul turquesa, con la respiración casi apagada, la mirada perdida, parecía que un espectro obscuro circulaba entre sus cabellos tiesos. *Sin embargo, era bella. Bella como ninguna otra. Su mirada dirigida al cielo decía aún más que su cuerpo desnudo recargado en aquél mueble de madera. Su sonrisa incompleta y tímida, aunada al rojo rubor de sus mejillas, cautivaban a cualquiera. Me cautivaban a mi. *Me sentía fuerte, más feliz que nunca, con toda la energía que me daba la simple acción de mirarla de esa manera, recostada, tiesa, con su cuerpo helado, la piel morada por la sangre de reptil que se acumulaba sobre sus músculos. *Me seguía pareciendo hermosa, pero no puedo negar que en algún momento llegué a temer por mi integridad. No sabía si correr o llorar; si acercarme o huir. De pronto tuve ganas de aniquilarla para siempre, de destruirla sin decirle adiós. De extirparle el corazón y guardarlo en un bote de cristal para conservarlo para siempre, *arrancar su sonrisa muerta y atesorarla en la repisa más alta de mi clóset o bajo mi almohada, masticar su piel por pedazos para hacerla parte de mis entrañas.
Me volvía loco el simple hecho de no poder traspasar aquél cristal que nos separaba. Una muñeca de porcelana viva que nunca había sido mía, ni jamás lo sería.

Joh y Gina (Llou y Llina)





martes, 18 de febrero de 2014

Estilo libre mientras platicábamos con Amigos


*Todo sucedió durante una noche de insomnio. El viento corría fuera de mi ventana gritándome cosas horribles que aún no logro recordar. *Respiré agitado, apretando los ojos para olvidarlo todo, para obligarme a borrar sus recuerdos de mi cabeza abrumada. Un dolor intenso punzaba en el centro de mi cerebro, el ruido me dolía, *el olor a humedad de mi ropa me dolía. Todo me dolía. Sentía que estaba cerca de desaparecer. De explotar en mil pedazos y no volver a ver el amanecer. *No podía más, juro que no estaba ya pensando en nada, ya no soportaba vivir así; no era mi intención dañar a nadie, no quería faltar a la moral imbécil a la que me obligan. Soy inocente, no me juzguen, no era yo; no estaba siendo yo mismo.


Gina y Joh (Llina y Llou)

sábado, 15 de febrero de 2014

14 de Febrero II

Palabras a utilizar: trabajo, palabras.


La imagen de Janis Joplin me dejaba cautivo; yo, sentado en la barra de aquel bar en el centro de Xalapa, me sentía completamente solo ese 14 de febrero. *Por mi mente pasaban imágenes de todo tipo. Yo, con ella, susurrándole palabras bellas al oído. Yo, con ella, abrazándola hasta la eternidad. Yo hundiéndome en sus besos de miel y amándola por siempre. En mi mente todo tipo de fantasías tenían lugar. *Quizá esa noche podría encontrar a alguna mujer sola como yo, abandonada por el destino, sin pareja, sin trabajo, sin amigos, y entonces esa noche sería la noche perfecta. Quizá seríamos felices juntos; *quizá nos amaríamos hasta la eternidad. Sentado mientras soñaba, esperaba un milagro. Una luz celestial que cambiara mi destino para siempre. Una mujer como ninguna con la que pudiera disfrutar del día del amor y la amistad. 
Joh y Gina (Llou i Llina)

14 de Febrero I

Palabras a usar: popó, cerveza.


*Bajo la luz neón azul se encontraba aquella bella niña de cabellos dorados que me sonreía con la mirada más inocente que jamás he visto. *Su mirada era inigualable. Como la de un niño que espera a Santa Claus, o la de un anciano que espera un milagro de Dios. Desde el principio, su presencia me cautivó. *Bebí el último trago de cerveza que quedaba en la botella frente a mí. Me levanté y caminando lento a la barra me acerqué a ella y a su bella sonrisa de niña llena de ilusiones. Me miró. *Tuve ganas de acercarme más. De abrazarla y protegerla para siempre. Pero algo me detuvo; algo más grande que yo, más grande que su mirada sincera. Tuve ganas de acercarme pero no pude. Tuve que retirarme, *la necesidad más básica que el cuerpo exige me hizo retroceder. La miré y sus ojos llenos de desilusión me abrumaron, pero yo… tenía que hacer popó.
Joh y Gina (Llou i Llina)

miércoles, 12 de febrero de 2014

Premisa: POR LA VENTANA


*Había sido una terrible noche de insomnio; desperté al día siguiente con la boca seca, era normal, tomé muchas pastillas para poder dormir. *Me sentía mareado, mi cuerpo no parecía responder como debería, un cosquilleo extracotidiano invadía mis extremidades. Estaba inquieto, tenía ganas de huir. Me paré en la orilla de la ventana y miré hacia el cielo. *Una parvada de pájaros con las patas rotas volaban partiendo una nube casi por la mitad, tuve ganas de salir y estirarme hacia ellos, sostenido por el marco de la ventana, para tomarlos por sus alas y ayudarles a aterrizar. *Sentía ganas de huir, de saltar con ellos y volar al infinito, de sentir el viento entre mis cabellos, la neblina en mi piel. Tenía ganas de huir, de irme de ahí para siempre. *Esos pájaros me regresaron al mundo, su imagen me dio a recordar lo que es estar aquí, lo que me aturde cada noche, lo que me quita el sueño. Ellos volaban con las patas rotas, y yo estaba aquí, con los pies plantados. *Inmóvil en un lugar obscuro y sin ilusiones. Estancado en un laberinto sin salida. Enclaustrado en una fantasía que jamás se volvería realidad. Ahí frente a la ventana, estaba yo, atado a un recuerdo, inmerso en un sueño. *Descansé las manos sobre la ventana, recargué mi cuerpo en el marco y dejé que, poco a poco, el propio peso de mis ideas me jalara hacia afuera, para volar.

Joh y Gina ( Llou i Llina)

Premisa: un hombre con barba tupida y sin un ojo me miró


Requerimientos:
Utilizar las siguientes palabras: cuchara, alas, estambre, mórbida, memoria, tendedero, azul, cubierto, envidia, delicia, dulzura, camello, cachivache, charco, balcón


La neblina era espesa. A la mayoría de la gente no lo gusta ese clima, a mí sí. Ese día salía a caminar, respirar el aire húmedo y fresco de aquella tarde obscura de invierno. Detuve mis pasos junto a un charco, me pareció ver la sombra de alguien observándome desde el balcón de una casona vieja.* Su mórbida expresión me impactó de inmediato. Parecía ser de otro planeta. Una especie de monstruo de cuento de hadas o un villano maquiavélico de una película mala. Sentí muchas ganas de ir hacia él.* La neblina se despejó un poco cuando di el primer paso hacia adelante. La imagen clara de aquel en el balcón me dejó cubierto de tensión. Temí el hecho de verme reflejado en su único ojo atado a sus barbas de estambre desgastado. Salían lágrimas de mis ojos.* Lágrimas de envidia y de dolor; lágrimas de hiel cubiertas con dulzura y pasión. Era cautivador. En todos los sentidos lo era. Parecía un ser celestial con alas enormes y tupido de amor. Un aura azul como ninguna y una mirada tan penetrante como la vida misma. Toda una delicia para mirar. De pronto de lo más profundo de mi memoria, brotó el recuerdo de la mirada triste que siempre estaba en el pobre camello que me trajo hasta aquí, desde el otro lado del mundo, y que dejó tirado en la ciudad más gris del mundo. Fluía melancolía en mis venas. Una melancolía parecida a la que generan los cachivaches que se guardan por años en un desván o la ropa que se queda colgada en el tendedero mientras todos se van. Una horrible sensación de lastima parecida a la que generan las cucharas sin dueño.

Gina y Joh (Llina i Llou)

Noche de verano con gripa, mientras tomábamos té en un bar. II


*Y ahí estaba ella, con sus ojitos de gato compungido, volteando hacia la luna. En su corazón se dejaba ver el eterno vacío que carcomía su alma; en su mirar, se notaba *la terrible desesperación por ver vacíos los ojos obscuros de ese animal tan asquerosamente adorable. Se sentó a observar sus últimos suspiros *disipados con la luz del sol. Él era lo único que sus ojos esperaban y aún así el vacío persistía; la soledad seguía inundando su existir y el deseo de ser amada por algún hombre grande, fuerte y parecido a su padre le hacía seguir buscando entre la neblina *esa figura que tanto deseaba sacrificar. Se sentó un momento a respirar el delicioso sabor de la venganza y miró, fijamente hacia el horizonte, esperando encontrar aquello que tanto buscaba. En el fondo, sabía que jamás aparecería, que ni el ser más poderoso o el Santo más Santo podría abrazarle con tanta fuerza como algún día lo hizo aquél que la abandonó tan de repente aquella tarde de invierno donde su vida cambió por completo.
*Por fin mi mirada se cruzó con la suya, y sus ojos negros me recorrieron de arriba abajo, pero nunca se separaron de mi figura; se levantó, con el arma en mano, y caminó hacia mi. *Me dio un cálido beso en la mejilla, me miró por última vez y sin pronunciar una sola palabra salió por la puerta de mi alma para no volver jamás.

Gina y Joh (Llina i Llou)

Noche de verano con gripa, mientras tomábamos té en un bar.

*Sentado en aquella banca del parque, miraba los pájaros volar sobre mi cabeza; no podía sacar ese pensamiento de mi mente, me aturdía, me corroía, tenía que terminar con él de inmediato. *Así que me levanté decidido, abrí el cajón para buscar aquella cosa que me ayudaría a acabar con él de una buena vez. Hurgué entre mis cosas y no estaba; *ella se lo había llevado. Tomé el arma más cercana, la cargué y salí a buscarla; esa hija de puta se había llevado mi posesión más amada, y yo tenía que recuperarla a pesar de que algún día la amé. *Le vi los ojos por última vez y en silencio le dije todo lo que tenía que decirle; las veces que me dolía que no me llamara, los años que pasé a su lado intentando que ella me amara de vuelta; *tenía que encontrarla antes de que desapareciera para siempre. Seguí todo rastro suyo; era demasiado tarde, ya se había ido. *Di un fuerte grito en el cielo y me arrepentí de no haberlo hecho antes de que desapareciera; corrí a la cama, me asomé por la ventana para ver si veía su sombra por ahí, pero nada. *No logré sacar esa imagen de mi; un nuevo pensamiento me invadía. Esta vez tomé el arma y la recargué contra mi frente tosca. Los pensamientos dejaron de invadirme, de un momento a otro.

Gina y Joh (Llina i Llou)

A Ciegas. En la sinfónica. Cada uno elige un personaje y escribe con su voz



*No puedo, simplemente no puedo. Su mirada me pone de nervios y ese vestido coqueto me perturba por completo. Ella pretende hacernos creer que sabe lo que hace, pero no es verdad. Sus piernas firmes parecen saber engañar, pero la energía de su alma no miente. Tiene miedo; quizá más que yo, y es por eso que no deja de mirarme.
*Se escucha la respiración alternada de cada nariz. Silencio. Un agudo grito de violines que lleva al llanto en pausas, acompañado por la grave respuesta tranquilizadora de los cellos. Sigo escuchando, los miro. De nuevo, cierro los ojos, siento.
*Sentada frente a mi, finge que no existo. Toma su partitura y comienza a afinar. Yo desafino apropósito sólo para molestar. Yo dibujo una sonrisa en mi rostro para hacerme notar, pero nadie me nota. Como siempre. Como siempre. Siempre es ella que, con sus pelos lacios y sus piernas largas, se luce a costa de mi trabajo.

*Los violines gritan emoción, las violas prenden fuego, las suaves caricias del cello nos tocan a ella y a mi. La sensualidad de los soplos de cada instrumento nos excita a ambos. Me toca a mi, me levanto y golpeando mi tambor le hago el amor: con mi instrumento a su instrumento, con nuestros sonidos a su música.
Gina y Joh (Llina i Llou)

A ciegas. En la sinfónica. Cada uno elige un personaje y escribe con su voz

(A CIEGAS)
En la sinfónica. Cada uno elige un personaje y escribe con su voz
*Respiro, cierro los ojos, me imagino, los abro, me encuentro sentado al fondo del escenario; escucho las cuerdas, los vientos vibrando en Fa; incluso las paredes van con la misma vibración afinada de mi cuerpo, provocada por todos los instrumentos.
*Sus cabellos lacios parecen retarme. A veces me da la impresión de que pretende amarrar mis manos con ellos para que deje de hacer mi trabajo. Que intenta hacerme errar, porque sabe que yo la puedo superar. A veces me da la impresión de que ella me teme mucho más que yo a ella.
*Al abrirlos la miro, no puedo evitar que escurra un pequeñísimo trozo de mi amor por ella sobre mi piel hasta retumbar sobre la piel de mi tambor. La veo sentada, con su largo vestido, dándole con su cuerpo el aire y la respiración que su instrumento necesita. Le sonrío a su cabellera y sé que, en el ritmo acompañante, viene una sonrisa suya de vuelta a mi.

*La melodía comienza, intento concentrarme. Leo con atención, pero sus notas suenan más que las mías. Clavo la mirada en mis asuntos, pero los suyos parecen inmiscuirse en mis pensamientos. Sus acordes se cuelan entre los míos, haciéndome desconcentrar. Una vez más, su talento me ha hecho herrar. Una vez más, su talento me ha opacado.
Gina y Joh (Llina i Llou)

Mientras veíamos la Sinfónica. Tres frases ocultas y una visible.



*A través de la mica de sus lentes podía ver, aunque empañada, la imagen más perfecta que jamás había imaginado. La vio venir acercarse a él con su escondida sonrisa.
*Temía no poder con ella, temía errar como las veces anteriores en las que, con sus trémulas manos, arruinaba todo lo que tocaba. Temía acercarse a él, y escondió su sonrisa para que nadie la mirara.
*Dejó caer sus brazos sobre sus piernas y cerró los ojos, no pudo moverse más. Quedaría estático para siempre, nunca volvería a levantar la mirada de nuevo. *Se quedará esperando, como siempre, a que alguien con un corazón de miel, abra los ojos de su alma y se atreva a incrustar un poco de amor en sus entrañas. Se quedará esperando, como siempre, el aire ya no golpeará, el azul se apagará o, tal vez, se volverá más intenso; faltará el agua, pero él seguirá esperando, sin palabras, sin movimiento, incluso podría llegar el momento en que hasta sus propios pensamientos desaparezcan. *Notas de un adiós sin final; música para sus oídos, magia al instante. Paz en su corazón, luz en sus ojos. Cascabeles resonando en todo su cuerpo, tambores que penetran hasta lo más profundo de sus recuerdos. Música de miel que le permitirá olvidarlo todo de una buena vez.

Gina y Joh (Llina i Llou)

Mientras veíamos la sinfónica. Tres frases ocultas y una visible.



*La enorme y estrepitosa orda de sonidos golpeaba rítmicamente su piel, haciéndola vibrar de una manera tan bella, esa manera en la que sólo la combinación de instrumentos musicales perfectamente organizada en estruendos y tranquilidades podía hacerla sentir. *Vibraba sobre todo el cuerpo, a manera de melodía. Volaba su mente en forma de espíritu, viéndolo todo, amándolo todo. Entendiéndolo todo. Disfrutando la estela de colores que dejaba a su paso, inundando con calor todo aquello que permanecía estático debajo de su piel. Impregnando con amor a ese mundo lleno de hiel. *El magnífico movimiento coordinado de todos los pulmones respirando al unísono para complacerle el permiso de desear aun que sea la más mínima contemplación de movimiento surgido de su amor, le daba, poco a poco, fuerzas para seguir admirando. *Respiró con fuerza, cerró los ojos y escuchó. En su mente, los árboles comenzaron a tirar sus verdes frutos a manera de bombardeo, las aguas de los mares crepitaban sin cesar por encima de todo y hundían todo el pesar de la humanidad en el salado sabor de las lágrimas que brotaban de sus ojos sin parar. En su mente, todo tenía sentido, todo era paz. Pero frente a sus ojos *se encendía lentamente la explosión más fría y desesperanzadora, el caos que daría comienzo a un nuevo desamor fértil, lleno de decepciones y sufrimiento. Estaba complacido, a pesar de no querer ver lo que sucedía frente a sus ojos cerrados, sabía lo que pasaría y lo aceptaba, sonriente y tranquilo.

Gina y Joh (Llina i Llou)